Estrategia

La estrategia de CYLSOLAR para el periodo 2020-2024 se basa en áreas estratégicas y ejes estratégicos que darán impulso al sector renovable

CYLSOLAR, teniendo como objetivo los intereses y necesidades  actuales de nuestros socios y las tendencias del mercado de las energías renovables ha establecido las áreas estratégicas que van a suponer un reto en el sector:

Autoconsumo y energías renovables.

El autoconsumo es parte del impulso necesario hacia el cambio de paradigma energético y que cada vez está más demandado por la sociedad. A día de hoy, cuenta con una legislación que lo regula y respalda (RD 244/2019), y el más extendido es el que utiliza la energía solar fotovoltaica.

El autoconsumo supone grandes ventajas, tanto para el sistema eléctrico como para el consumidor, destacando:

  • Ahorro energético y económico con una pequeña inversión.
  • Mayor eficacia gracias a la generación distribuida, evitando perdidas por transporte.
  • Mayor aprovechamiento de las energías renovables, ahorrando emisiones a la atmosfera.
  • No supone un coste para el sistema eléctrico.
  • Reactiva la actividad económica y mejora la competitividad de las empresas.

 

Digitalización de la energía.

La energía afronta 3 retos de futuro, la descentralización (generación distribuida: autoconsumo), la descarbonización (energías renovables) y la digitalización. Esta última tiene que ver en cómo lograr que, por medio de la tecnología, se pueda generar conocimiento a través de los datos y que esto facilite la gestión de la demanda y la oferta energética.

Entornos energéticos sostenibles.

En este sentido, la estrategia va enfocada en lograr entornos energéticos sostenibles, que son aquellos que tienen como principal fuente de generación energética las energías renovables, con generación local, que impulsan la eficiencia energética y que sitúan a la persona en el centro, con un rol más activo que el actual en cuanto a productor y vendedor de energía.

Movilidad sostenible.

Como vía eficaz para la lucha contra el cambio climático, es necesario impulsar la transición hacia la movilidad sostenible y la electrificación del transporte.

La “movilidad sostenible” no solo implica beneficios medioambientales, ya que se obtienen otros como el bienestar económico, social y de tránsito de los habitantes de las ciudades y el medio rural.

Es por ello que se hace necesario seguir en la estrategia del desarrollo de soluciones alternativas de movilidad inteligente y sus consiguientes infraestructuras, como son los puntos de recarga eléctricos, y que sean abastecidos por fuentes renovables.

Almacenamiento.

En un mundo que se encuentra en plena transición de las energías fósiles a las fuentes renovables, como la energía eólica y la solar, una mejora del almacenamiento de energía eléctrica resulta de vital importancia para respaldar estas tecnologías, asegurando que los sistemas de red estén equilibrados y contribuyendo a aprovechar al máximo cada megavatio verde generado.